lunes, 3 de junio de 2013

Petipá.

Nació el 11 de marzo de 1818 en Marsella. Hermano del también bailarín, Lucien Petipa, e hijo del bailarín y coreógrafo francés Jean Petipa, con quien estudió. 

Comenzó su carrera como primer bailarín en París y Burdeos. Realizó giras por Estados Unidos junto a su padre, después bailó y realizó coreografías en Madrid  (donde aprendió danza española) y actuó frecuentemente con la bailarina austriaca Fanny Elssler. Viajó, en 1847 a San Petersburgo como primer bailarín del ballet del Teatro Imperial, donde se estrenó su primera coreografía en 1855. 




En 1862, y tras el éxito de su ballet ''La hija del faraón'', fue nombrado primer maestro de ballet del Teatro Imperial. Planeó con el compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski la producción de El cascanueces. Entre sus trabajos destacan: Don Quijote (1869), La bayadera (1877), Raymonda (1898), con música de Chaikovski, La bella durmiente (1890) y El lago de los cisnes (1877; revisada en 1895, con la creación del II y IV acto por Ivanov). 

Marius Petipa falleció el 14 de julio de 1910 en GurzufCrimea


Estilo

El arte de Petipá estuvo hecho de rigor técnico, riqueza de medios y un sentido de la elegancia que huía de todo virtuosismo y de cualquier espectacularidad pomposa. Detestaba el acrobatismo de la escuela italiana y el lujo desanimado del tardío ballet francés. Intentó conservar y enriquecer la herencia romántica, llevando la tradición a sus más altos niveles. Reformó el papel del bailarín masculino y dio corporeidad diferenciada al hombre y a la mujer, de modo que se explotaran al máximo las propiedades anatómicas y enérgicas del bailarín. También suprimió la figura del favorito (o favorita), tratando a todos con igualdad. En la redacción de sus coreografías era minucioso y científico, e iba escribiendo en una libreta las diversas evoluciones que la partitura exigía, incluyendo retratos y perfiles de las actitudes que imaginaba en los diversos personajes. El culmen de cada una de sus obras era el ''Pas de deux'' entre los protagonistas, que empieza con un adagio a cargo de ambos, sigue con variaciones alternadas, una para ella y una para él, una lenta y otra rápida, y acaba con un nuevo dúo, exigente de técnica y resuelto con una pose entrelazada y estatuaria. Así pues, Petipá unió la tradición de la velocidad italiana con la herencia del elaborado adagio francés. Petipá fue quién llevó a cabo el llamado Ballet Imperial en Rusia.





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